La domótica hace tiempo que no es una novedad y la gente ya ha empezado a ver y comprender plenamente sus ventajas. Ya sea que se traduzca como una forma de reducir facturas y ahorrar dinero, de facilitar y simplificar sus actividades diarias o de hacer su hogar mucho más accesible, pero también más seguro, una casa inteligente se ha convertido ya en un ejemplo común y natural de organización.
En los artículos anteriores cubrimos diferentes temas sobre el hogar inteligente (desde cortinas eléctricas, hasta alarmas e iluminación inteligente y otros accesorios), pero hoy nos gustaría hablar de sensores de movimiento – qué son, cuáles son sus ventajas, cómo y dónde se montan.
Pero empecemos por el principio. ¿Qué son los sensores de movimiento? Son dispositivos que tienen la capacidad de detectar movimiento en un área seleccionada y encontrar su uso en muchos campos y tipos de espacios. Para que os hagáis una idea de la importancia y de los ámbitos de uso, aquí os dejamos algunos ejemplos: los sensores se utilizan en puertas correderas de espacios comerciales y no sólo en sistemas antirrobo, en grifos de fregadero que se abren cuando detectar movimiento, en aparcamientos, sistemas de iluminación, etc. Pero, cuando se trata del hogar, los sensores de movimiento se utilizan principalmente para la seguridad del hogar (y funcionan muy bien con cámaras de vídeo que empiezan a grabar sólo cuando detectan movimiento), pero también para la iluminación de determinadas zonas (en pasillos, escaleras, en la entrada de la casa, etc.).
Para poder cubrir un área de análisis lo más grande posible, se recomienda montar estos sensores en el pasillo, en el techo (en un ángulo de 360 grados) o en la pared, en una esquina, con un ángulo de 180 grados. Por supuesto, también se pueden montar en otra zona (por ejemplo, junto a la puerta/ventana que hace de transición entre el salón y la terraza, si este es un punto sensible para la seguridad del hogar), pero la mayoría de En esta época, el recibidor es el más «transitado» y el más cercano a la entrada de la casa. Como regla general, los sensores son muy livianos, por lo que no es necesario destruir la pared al montarlos; necesitará un destornillador (preferiblemente eléctrico). Otra cosa a tener en cuenta es el tipo de fuente o el modo de funcionamiento del sensor: puede tener pilas (en cuyo caso se fija fácilmente a la pared/techo) o puede requerir una fuente de alimentación.
Si el montaje te pareció sencillo espera a ver cómo es la instalación. Después de elegir el lugar y montar el sensor, todo lo que necesitas es tu smartphone y una aplicación para configurar los comandos que quieras. Por ejemplo, ¿qué acción desea establecer cuando el sensor detecta movimiento? Si tienes varios elementos inteligentes en casa, puedes configurar que, cuando haya movimiento, la luz del pasillo se encienda o se apague después de un intervalo de tiempo determinado. Al mismo tiempo, este puede ser el disparador para encender la cámara de vigilancia y para grabar, para encender el aire acondicionado de la casa, etc. Si tienes mascotas, entonces debes prestar atención al tipo de sensores que instalas (no querrás que activen ciertos comandos cada vez que el perro o el gato camina por el pasillo).
Está claro que un dispositivo de este tipo puede aumentar tu comodidad en casa y darte la seguridad que necesitas cuando estás de vacaciones (una luz que se enciende automáticamente en la terraza puede dar la impresión de que hay alguien en casa, incluso cuando estás a miles de kilómetros de distancia). ¿Ya se ha convencido de la utilidad de utilizar un sensor de este tipo?